En un mercado retail marcado por la feroz competencia, la evolución tecnológica y las exigencias de un consumidor que demanda inmediatez y eficiencia, la logística ha dejado de ser una función de apoyo para convertirse en el núcleo estratégico de la supervivencia y el crecimiento. La red de supermercados Día, con su profunda transformación, encarna esta realidad. Su ambicioso plan, respaldado por una inversión de más de 70 millones de euros hasta 2029, no es una simple ampliación de almacenes; es la reconexión completa de su sistema nervioso operativo con la era de la informatización avanzada y la inteligencia artificial aplicada a la cadena de suministro.
Esta iniciativa, enmarcada en el plan estratégico «Creciendo cada día», se basa en un diagnóstico claro: en el mundo de hoy, la proximidad al cliente no se gana solo con tiendas en cada barrio, sino con una red logística inteligente y radial que acorte distancias y tiempo. La creación de seis nuevos centros, como los ya anunciados en Sevilla, León y Málaga, ampliando la superficie en un 40%, persigue ese objetivo. Se trata de acercar el stock estratégicamente al punto de venta, reduciendo la media de kilómetros recorridos y, con ello, costes, emisiones y plazos de reposición, un factor clave para sostener la expansión de 300 nuevas tiendas.
El beneficio central para la entidad es doble: eficiencia extrema y resiliencia. La implementación de tecnologías duales como put-to-light y voice-picking no son meras actualizaciones, sino la base de una cadena de suministro informatizada donde los errores se minimizan y la productividad se maximiza. Cada pedido preparado con precisión milimétrica asegura la disponibilidad en estante, el santo grial del retail. Esta digitalización de los procesos es el sustrato necesario para, en el futuro próximo, incorporar capas de inteligencia artificial que optimicen predicciones de demanda, rutas dinámicas y gestión automática de inventarios.
Paralelamente, la modernización logística de Día es indisociable de la transformación sostenible del transporte y las operaciones. Sus nuevos centros, diseñados bajo certificaciones como BREEAM y con el objetivo «Residuo Zero», integran paneles solares, cámaras frigoríficas sin gases contaminantes y flotas eléctricas. Esto trasciende el compromiso medioambiental para convertirse en una ventaja competitiva: reduce la huella de carbono y mitiga la exposición a la volatilidad de los costes energéticos, future-proofing su operativa.
Para la entidad, el beneficio último es la reconstrucción de su propuesta de valor. Una logística ágil, limpia y tecnológica le permite reforzar su músculo más importante: las marcas propias. Al controlar con mayor precisión y velocidad el flujo desde el almacén central hasta la tienda, garantiza la frescura y disponibilidad de sus productos, que son el corazón de su estrategia de precios bajos. La logística deja así de ser un centro de coste para erigirse como el pilar que sustenta la rentabilidad y la propuesta al consumidor.
En definitiva, Día no está solo ampliando almacenes; está ejecutando una reconversión industrial para el siglo XXI. Conjuga la expansión física con la implantación de software avanzado y estándares de sostenibilidad, entendiendo que en el retail moderno la batalla se gana en la trastienda invisible de la cadena de suministro. Como afirma su directora de Logística, Inés Vílchez, este es un «paso decisivo». Un paso que busca asegurar que el modelo de proximidad no dependa solo de la ubicación de la tienda, sino de la inteligencia y velocidad con la que ésta se abastece.
Have any thoughts?
Share your reaction or leave a quick response — we’d love to hear what you think!