España estrena hoja de ruta logística: así es el nuevo código de buenas prácticas para 2025

by Marisela Presa

El ecosistema logístico español, un pilar clave para la economía, se dota de un marco de colaboración inédito. Fruto de un diálogo intenso entre asociaciones de cargadores (como el Consejo Español de Logística y AECOC) y operadores (entre ellos, UNO Logistics), el nuevo Código de Buenas Prácticas aspira a ser el manual de instrucciones para una cadena de suministro más resiliente, eficiente y justa. No es una ley, pero su peso moral y estratégico lo convierte en un estándar de facto para el sector.

La digitalización, columna vertebral del acuerdo. Tras los cuellos de botella de años anteriores, el código prioriza la interoperabilidad digital. Establece la obligatoriedad de compartir datos clave a través de plataformas estandarizadas y el uso progresivo de herramientas como el «Gemelo Digital» para simular operaciones. El objetivo es pasar de la reactividad a la previsión: que un retraso en el puerto de Algeciras se comunique automáticamente y permita redirigir la mercancía por Málaga o Valencia antes de que colapse la cadena.

Sostenibilidad con letras y números. La descarbonización deja de ser un eslogan para convertirse en una métrica contractual. El documento fija la obligación de medir y auditar la huella de carbono de las operaciones, incentivando económicamente a los transportistas que utilicen flotas de bajas emisiones. Además, se promueve la «logística silenciosa» en entornos urbanos, con horarios de reparto nocturnos usando vehículos eléctricos, un avance crucial para la conciliación y la calidad del aire en ciudades.

Estabilidad en un mar de incertidumbre. Una de las innovaciones más celebradas es la cláusula de revisión de precios basada en índices objetivos (como el coste del combustible y la inflación logística). Esto proporciona una previsibilidad financiera que las pymes del sector demandaban a gritos. Asimismo, se extienden los plazos mínimos de contratación para fomentar alianzas estratégicas y desincentivar la contratación esporádica basada únicamente en el precio más bajo.

Gestión de crisis y responsabilidad compartida. El código aprende de las lecciones del pasado y establece protocolos de actuación ante crisis globales, como otra pandemia o el bloqueo de un corredor comercial clave. Se definen responsabilidades compartidas en el almacenamiento de emergencia y se crean comités de contingencia mixtos (cargadores-operadores) para tomar decisiones ágiles. La transparencia en la comunicación de incidencias deja de ser opcional.

En definitiva, este código sienta las bases de una nueva era en la logística española. Supone un cambio de chip: de la relación transaccional y a veces conflictiva, a una alianza estratégica donde la colaboración, los datos y la sostenibilidad son la nueva moneda de cambio. Su éxito no se medirá en papel, sino en la capacidad del sector para evitar la próxima crisis, haciendo que la mercancía llegue no solo a tiempo, sino de una manera más inteligente y responsable.

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