Con la llegada de los primeros frentes fríos y la perspectiva de un invierno que podría ser especialmente duro, las autoridades españolas han activado un operativo especial de control sobre el transporte de mercancías por carretera.
La Dirección General de Tráfico (DGT), en coordinación con el Ministerio de Transportes, ha intensificado desde octubre las inspecciones en los principales corredores logísticos y puertos de montaña.
El objetivo es claro: prevenir accidentes y evitar el colapso de las vías ante la llegada de condiciones meteorológicas adversas. Estos controles, más frecuentes y estrictos, se centran en verificar que los camiones circulan con el equipamiento de invierno reglamentario, principalmente las cadenas o neumáticos de invierno.
El elemento de control más significativo es la verificación del equipamiento antideslizante. A diferencia de otros países donde los neumáticos de invierno son obligatorios, en España la norma exige llevar cadenas u sistemas alternativos equivalentes para transitar por vías donde sea obligatorio su uso.
Los puestos de control establecidos en los accesos a puertos de montaña como el de León, Somosierra o Navacerrada revisan de forma meticulosa que los transportistas porten este equipamiento y sepan cómo colocarlo. Multas aparte, los camiones que no cumplan son desviados, una medida que busca evitar que un vehículo quedado bloqueado paralice una arteria logística crucial.
Sin embargo, la campaña va más allá de las cadenas. Los inspectores de la Dirección General de Transporte y de la Agencia Tributaria realizan controles simultáneos de los tiempos de conducción y descanso, el peso de la carga y el estado técnico del vehículo. La fatiga del conductor es un factor de riesgo que se agudiza con la mala visibilidad y el frío. Asimismo, se presta especial atención al correcto estado de los frenos, neumáticos (con un dibujo suficiente) y sistemas de alumbrado, todos ellos críticos para una conducción segura en hielo o niebla.
El sector logístico español afronta este despliegue con la presión añadida de mantener las cadenas de suministro en la época previa a Navidad. Las asociaciones de transportistas, si bien reconocen la necesidad de la seguridad, piden a las autoridades una comunicación extremadamente clara y en tiempo real sobre el estado de las carreteras y las restricciones. Paralelamente, han lanzado campañas internas de concienciación para que sus conductores extreme las precauciones, planifiquen las rutas con antelación y revisen sus vehículos antes de emprender viaje.
En conjunto, la estrategia española para este invierno de 2025 se basa en la prevención proactiva. Las duras experiencias de inviernos pasados, con camiones atrapados durante días en puertos nevados, han impulsado este enfoque.
El mensaje de las autoridades es contundente: la seguridad vial es innegociable. Aunque estos rigurosos controles puedan suponer pequeñas demoras, se presentan como un mal menor frente al caos que podría generar un accidente grave o el bloqueo de una ruta fundamental para la economía nacional. El éxito de la campaña se medirá, en última instancia, por la siniestralidad en las carreteras durante los próximos meses.
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