El Control de flotas y de procesos, para más eficiencia en el servicio de transporte

by Marisela Presa

La telemática, una disciplina que nace de la fusión entre las telecomunicaciones y la informática, ha dejado de ser un término especializado para convertirse en un pilar de la eficiencia en el transporte de mercancías, representando a la vez un reto ineludible de la modernidad.

Esta tecnología permite a los gestores de flotas conocer en tiempo real la ubicación exacta de cada vehículo, su velocidad, el consumo de combustible e incluso el comportamiento del conductor, transformando datos en bruto en información accionable.

En la práctica, la telemática se materializa a través de un dispositivo instalado en el vehículo que, conectado a satélites GPS y redes celulares, recoge y envía datos a una plataforma en la nube. Para el sector del transporte, esto se traduce en aplicaciones concretas que optimizan la operación:

Gestión de Rutas: Permite diseñar trayectos más eficientes, evitando congestiones y seleccionando los caminos más rápidos, lo que reduce significativamente los tiempos de entrega y el consumo de combustible.

Seguridad Reforzada: Supervisa los hábitos de conducción, alertando sobre excesos de velocidad, frenazos bruscos o tiempos de ralentí excesivos. Esto no solo protege la mercancía y al conductor, sino que también ayuda a formar profesionales más seguros-.

Mantenimiento Predictivo: El sistema alerta sobre posibles fallos mecánicos antes de que se conviertan en averías graves, permitiendo planificar las revisiones y alargando la vida útil de los vehículos.

Lo que las Empresas Necesitan para Implementarla

Adoptar la telemática no es solo una decisión tecnológica, sino también estratégica. Las empresas requieren:

Inversión en Hardware y Software: Es necesario adquirir e instalar los dispositivos telemáticos en los vehículos y suscribirse a una plataforma de software de gestión que interprete los datos.

Una Estrategia de Datos Clara: La tecnología genera volúmenes masivos de información. Las compañías deben contar con la capacidad analítica o el personal capacitado para interpretar estos datos y convertirlos en decisiones de negocio.

Gestión del Cambio Cultural: Uno de los mayores desafíos es la adaptación del personal, particularmente de los conductores, que pueden percibir la tecnología como una herramienta de vigilancia. Es crucial comunicar sus beneficios como un apoyo para su seguridad y eficiencia, y ofrecer la formación adecuada.

Implementar la telemática es, sin duda, un reto de la modernidad que enfrenta el sector logístico. Exige una inversión inicial y un cambio de mentalidad. Sin embargo, su adopción es cada vez más una condición para mantenerse competitivo en un mercado que exige máxima eficiencia, transparencia y sostenibilidad.

Las empresas que logren integrarla con éxito no solo estarán optimizando sus costos operativos, sino que estarán construyendo un modelo de transporte más inteligente, seguro y preparado para los desafíos futuros.

Cuando hablamos de «resistencia interna», nos referimos a todos los empleados de la empresa que se verán afectados por la nueva tecnología, pero con dos focos principales.

En ello no referimos inicialmente a los conductores: Ellos son los usuarios finales y los más impactados. Su resistencia suele ser práctica y emocional: sienten que se instala un «Gran Hermano» para vigilarlos, temen ser sancionados por cada pequeña incidencia y perciben la tecnología como una desconfianza hacia su profesionalismo.

También puede presentarse resistencia del Personal de Oficina y Mandos Intermedios. Aquí  se incluye desde gerentes de flota veteranos, acostumbrados a métodos tradicionales, hasta personal de administración, que teme no poder manejar el nuevo software. Su resistencia suele basarse en el miedo al cambio de procesos establecidos y a la curva de aprendizaje.

Dicho esto, cuáles serán las estrategias para en vez de restar, sumar voluntades positivas ante la censura hacia  de las nuevas tecnologías.

Pues según los estudiosos será necesario desarrollar una comunicación transparente y temprana y no anunciar la imposición de la telemática como una orden unilateral.

Deberán de enfocarse en los beneficios para TODOS, que tienen las nuevas tecnologías.  Para los conductores, destacar cómo la telemática será su aliado, pues demuestra automáticamente su conducción segura, útil en caso de accidentes, que agiliza el pago de horas extra, al registrar con precisión los tiempos, y permite una respuesta más rápida en emergencias. Para la empresa, el mensaje es la eficiencia, la seguridad y la competitividad.

También presupone ser honesto sobre los objetivos que tiene su implantación  Si un objetivo es reducir el exceso de velocidad, hay que decirlo abiertamente, pero enmarcándolo en un programa de seguridad, no de castigo.

La participación es un antídoto contra la resistencia. Desde sus inicios habrá necesidad de formar Emba/jadores Telemáticos»: Identificando  a los conductores más respetados y con mejor disposición, formarlos primero y que sean ellos quienes expliquen los beneficios a sus compañeros.

Igualmente se requerirán sesiones de formación prácticas: Pues los estudiosos señala que no es solo enseñar «qué botón pulsar», sino mostrar cómo el informe de conducción puede ayudarles a ahorrar combustible (y ganar incentivos) o a demostrar su profesionalismo.

Aplicar las nuevas tecnologías  también requerirá la creación de comités mixtos, donde se deberán incluir representantes de los conductores en la fase de selección del software o en la definición de las políticas de uso de los datos, e implementar una cultura de recompensa y no sancionadora.

Y es este es un punto crítico, pues si la primera acción, tras la instalación, es una ronda de sanciones, el proyecto estará perdido.

Entonces los conocedores de la materia proponen emplear los incentivos  basados en los datos, eso se traduce en algo así como crear bonos o reconocimientos por una conducción eficiente (bajo consumo de combustible), por una puntualidad del 100%, o por mantener un excelente registro de seguridad (sin frenazos bruscos, excesos de velocidad, etc.).

El objetivo es convertir la conducción segura y eficiente en una competición sana entre equipos o terminales, con tablas de clasificación y premios mensuales, eso sería en gran paso.

Pero como en todo lo nuevo la gerencia debe ser la primera en abrazar la tecnología y mostrar su utilidad con una transparencia radical, aquí los gerentes deben también someter sus vehículos de empresa a la telemática, demostrando que las reglas son para todos.

Entre las proyecciones para aplicarla está igualmente emplear en las reuniones  los informes telemáticos para elogiar las mejoras, planificar mejores rutas que faciliten el trabajo del conductor, y resolver problemas logísticos, nunca para señalar culpables de forma pública.

El asunto están en que la aplicación de nuevas tecnologías como esta No se debe implementar en toda la flota de golpe, podría elegirse un grupo pequeño de vehículos y conductores voluntarios para una fase piloto, y ello permitiría el ajuste de tecnología y procesos ,  generar casos de éxito reales que sirvan como ejemplo para el resto de la plantilla e ir disipando los miedos de forma natural a medida que los pilotos comparten sus experiencias positivas.

Superar la resistencia interna no es una tarea de un solo día; es un proceso de gestión del cambio cultural. Se trata de transformar la percepción de la telemática: de ser una herramienta de control que «vigila» a ser una herramienta de empoderamiento que provee datos objetivos para mejorar el trabajo de todos, desde el conductor en la carretera hasta el directivo en la oficina.

La empresa que logre este cambio no solo habrá implementado una tecnología, sino que habrá dado un salto hacia una cultura organizacional más moderna y colaborativa.

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