Con la sabiduría que da la experiencia, Manuel y Antonio, antes de arrancar el camión en la mañana, le hacen un recorrido rueda a rueda con suma meticulosidad.
Son de esos conductores a los que nada se les pasa inadvertido. Tienen una pequeña cartilla para cada una de las ruedas: cuándo la pusieron, cuánto de aire, cómo mantuvieron la presión y si tuvo algún pinchazo. Me río porque es como una historia clínica, donde además dice cuándo y dónde la compraron y cuánto les costó. ¡Qué minuciosidad! Pero eso les ha valido un desempeño excelente. Y las experiencias buenas les sobran para aconsejar a los demás conductores de vehículos pesados.
Para un conductor profesional, la norma de oro es la profundidad del dibujo. En los ejes de dirección, nunca se puede bajar de 1,6 mm, y en el resto, el mínimo legal es 1 mm. Sin embargo, por seguridad real, especialmente con la carretera mojada, tu límite mental debe ser de 3 mm. Un dibujo desgastado pierde adherencia y aumenta peligrosamente el riesgo de aquaplaning (que el neumático pierda el contacto con el pavimento y se deslice sobre el agua), poniendo en peligro tu carga y a los demás.
Tu inspección visual diaria es crucial. Antes de rodar, revisa que no haya cortes, grietas, abultamientos o clavos. Está terminantemente prohibido circular con cualquier daño que alcance la estructura interna del neumático. Recuerda que en un mismo eje no se pueden mezclar neumáticos radiales y diagonales. Lo más seguro y recomendable es que sean exactamente iguales: misma medida, marca y modelo.
Igualmente, el asunto de la presión de los neumáticos no es solo una recomendación, es una obligación de seguridad. Llevar una presión incorrecta, ya sea por exceso o por defecto de aire, provoca desgastes irregulares, reduce la estabilidad del camión cargado y puede llevar a un reventón. Por eso, debes revisarla semanalmente con un manómetro fiable, siempre en frío, y ajustándola a la carga que transportes.
En invierno, la ley es clara: en condiciones de nieve o hielo, o donde así esté señalizado, es obligatorio el uso de cadenas o, mucho mejor, neumáticos de invierno (con la marcación M+S o el símbolo alpino de 3 picos y un copo de nieve en su interior). Ignorar esta normativa no solo puede suponerte una multa, sino que te arriesgas a quedar inmovilizado en una situación de alto riesgo.
Recuerda que infringir estas normas conlleva multas de 200 € por cada neumático en mal estado, y los agentes pueden inmovilizar el vehículo hasta que se solucione el problema. Un mantenimiento adecuado no es solo un trámite legal; es tu principal garantía de seguridad en carretera para proteger tu vida, tu vehículo y tu mercancía.
La Importancia Crucial de la Homogeneidad
Más allá de la prohibición de mezclar neumáticos radiales y diagonales, la homogeneidad se extiende al diseño de la banda de rodadura. Incluso neumáticos de la misma medida pero con dibujos distintos (por ejemplo, uno con dibujo direccional y otro con dibujo asimétrico) pueden tener comportamientos radicalmente diferentes ante el frenado o en mojado. Montarlos en un mismo eje compromete la estabilidad, ya que cada uno evacua el agua y responde a las fuerzas de giro de forma desigual, aumentando el riesgo de pérdida de control, especialmente con el vehículo cargado.
La carga y la velocidad son también pilares de la homogeneidad. Ambos neumáticos de un eje deben tener exactamente el mismo índice de carga (LI) y código de velocidad (SI). Montar uno con una capacidad inferior es extremadamente peligroso, ya que ese neumático podría sufrir un fallo estructural por sobrecarga o recalentamiento, poniendo en jaque la seguridad de todo el conjunto. Estos índices deben cumplir, como mínimo, los especificados por el fabricante del vehículo.
Por último, el grado de desgaste debe ser lo más similar posible. Un neumático casi nuevo junto a uno muy desgastado en el mismo eje crea una diferencia significativa de diámetro. Esto puede forzar el diferencial, generar un frenado irregular y, en vehículos con sistemas de control de estabilidad (ESP) o antibloqueo (ABS), puede interferir con su correcto funcionamiento al recibir señales contradictorias, anulando parte de su ayuda electrónica en una situación de emergencia.
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